martes, 29 de mayo de 2012
Amores de cereza
Ya es casi junio, ya es casi verano, ya no es casi primavera. Espacio a medio tiempo que trae amores que maduran como cerezas después de haber sido flores resistiendo lluvias y fríos tardíos. Que tienen onda expansiva antes de haber explotado. Que desafían calendarios hechos de papel en la era de los bits. Que se empiezan en cines buscando la película de nuestra vida. Que parecen terrenos pantanosos pero en realidad son poco profundos. Que tienen testigos mudos de pelo suave de propiedad cambiante. Que se convierten en relatos para personas que se alimentan de felicidad. Que parecen paseos en bicicleta donde el secreto está en seguir pedaleando. Que desafían convenciones a golpe de realidad. Que durarán para siempre de forma indefinida. Amores que cambian rumbos y nos traen nuevas vidas.
martes, 29 de diciembre de 2009
Los colores de(L) aura
No todo el alcohol deja resaca. Algo tendrá el vermú que sirven en La Penúltima que al día siguiente no deja las meninges hechas un trapo y la lengua como una rodilla después de "hacer sábado". No, ese vermú tiene algo. Quizá el ambiente que le acompaña, una oscuridad que no molesta, que te hace sentir tranquilo y te deja ver. Una especie de Central Perk pero nada televisivo y mucho más "moderno". Unas sillas de matar la espalda y unas mesas de destrozar las rodillas y las espinillas, pero tampoco hay mucho sitio para más. Unos lavabos que gritan, con muros llenos de verdades, algunas a medias. Llenos de fotos de hombres feos desnudos sacados de revistas que no están en esos kioscos fabricados en serie y sacados de un catálogo de Ikea. Sofás que soportan piernas entrelazadas con toqueteos inocentes y alguna que otra caricia intencionada. Sofás que sirven como atalayas para observar a visitantes con camisetas naranjas que exigen una concentración especial. Kleenex de colores para adivinar el futuro, con predicciones que se acercan más a anhelos que a destinos por llegar. Unos camareros de aquí se fía ahora y mañana también, de confianza en el antiguo "te lo apunto". Camareros con aire de Harry Potter pero de incompatibilidad confesa, que cambian hoy sí y mañana también. Un bar que pertenece a Dani y a Daniel: el primero nunca ha estado, el segundo quiere estar siempre; que comparten un nombre y una ciudad pero que no se conocen. Un bar que se ha convertido en un símbolo, que cierra y echa con delicadeza. Que suaviza la despedida con un trago corto. Yo quiero uno en Bruselas.
viernes, 11 de diciembre de 2009
¿Amor?, ¿dónde?
Tras una bandeja de comida a medias. Detrás de una puerta entornada entre la coincidencia y el propósito. En una mezcla de lenguas o en un beso inocente que se acerca cada vez más a los labios. En un ascensor que, ironías de la vida, no se para entre dos plantas; la vida es una película, pero sin guión. En la puerta de enfrente soñando que la próxima vez será la definitiva. ¿Por qué encontramos pruebas de que en realidad no existe pero cuando se presentan ante el juez para que dicte sentencia misteriosamente desaparecen? En unos fotogramas de gentes imposibles. Pocas cosas hay en el mundo tan potenciales como el amor. ¿Dónde está la realidad y la percepción de la realidad? Detrás de unos ojos bonitos de mirada intensa. ¿Por qué es tan efímero cuando en el fondo queremos que sea eterno? ¿Por qué es tan contradictorio? ¿Por qué plantea tantas preguntas y no da ninguna respuesta? ¿Por qué me has seguido con la mirada cuando salía? ¿Eras tú? ¿Dónde?
domingo, 22 de noviembre de 2009
Sol traicionero
Sol a traición, de caramelo en la boca escupido a la mitad, de estatura baja que deslumbra en el camino, de ausencia de vientos y aguas nocturnas. Sol de despiste, de más dura será la caída y de calor a medias. Sol de otoño en primavera. Primavera que no precede al verano, sino al invierno. Sol traicionero que alegra. Sol para guardar en las pilas del alma. Quédate un poquito más, no me dejes todavía, necesito más luz. Sol de chaqueta sí, chaqueta no. Sol de secar a medias los charcos. Sol que sólo calienta la superficie. Sol de poder esperar en la calle. Sol de amante casado. Quédate más.
martes, 21 de julio de 2009
El mar me dijo
Millones de miradas furtivas ahogadas en el mar, devueltas con las olas, expulsadas con la espuma, matando silencios haciendo ruido y despertando sueños perdidos que nunca se harán realidad. Ritmo constante de sal invisible mezclada con arena. Granitos frágiles de forma perfecta imposibles de atrapar. Olor de aire mojado, brisa suave del mar. Sombra alargada de luz artificial abrazada por el arco del agua. Llévate mis deseos y devuélveme la realidad.
lunes, 9 de marzo de 2009
Y todo encajó
Todo ha encajado. Mi insomnio inicial me ha hecho ver que tenía que cerrar el capítulo, que se había alargado demasiado y que era necesario empezar el siguiente. Te he escrito el mensaje con el corazón, y quiero todo lo que te pongo en él. Ahora me siento bien, ahora estoy contento porque por fin puedo pensar en ti y dibujar una sonrisa. Tenía razón: domingo, raro domingo. Lleno de señales que me van indicando el camino. Fin y comienzo.
domingo, 8 de marzo de 2009
Domingo, raro domingo
Has aparecido a traición, confundido entre billones de bits circulando a la velocidad de la luz y dejando fronteras difusas entre cables de teléfono. Y de alguna forma lo he presentido, el toc toc del facebook ha sonado diferente. Eras tú. Tengo que reconocer que me he puesto nervioso. Me has pillado en un momento de defensas emocionales bajas, de un corazón con un par de rasguños que ni siquiera precisan tirita para curarse pero que escuecen. Me has hablado de ti, con tus faltas de ortografía, y eras tú. Te podía ver sentado en la silla delante de tu ordenador. Me has dicho que has pensado a menudo en mí, y que era momento de volver a hablar. Y yo tecleaba balbuceos con una mezcla de alegría por ser tú el que me llamaras y de pavor por ver que esto todavía no ha terminado. Que todavía me late el corazón más rápido cuando te noto cerca.
Mi cerebro había empezado a procesar tu información sigilosamente, escondiendo los expedientes de nuestro amor imposible en los sotanos más profundos de la memoria. El corazón protestaba, pero el cerebro aplica siempre una política de hechos consumados ante la que es imposible apelar, sabe que al corazón sólo le queda resignarse porque se ha quedado sin argumentos. Toc toc, sobresalto entre las neuronas, crisis, el corazón bombea más fuerte y coge aliento, y vuelve a hacerse con la situación. Pero es una batalla perdida.
Sientes que no soy yo, que no estoy del todo bien hablando contigo, pero yo miento. Los géminis somos así, somos muy honestos, pero cuando se trata de nuestros sentimientos, nos convertimos en mentirosos compulsivos. Me hablas de él, primer golpe bajo, y no lo puedo resistir, y te digo que no me hables de él. Sé que es importante para ti, y sé que te gustaría que te escuchara hablar de él, y que te diera consejos... pero no puedo, no me sale, ni siquiera mintiendo.
Como no quiero que te alejes otra vez, intento enderezar la situación y cambio de tema, pero seguramente ya te has dado cuenta de que todavía no estoy preparado, y tienes razón, miento cuando te digo que quiero verte, porque sé que no me conviene. Has sido lo mejor que me ha pasado, y al mismo tiempo lo peor, porque ahora busco otra vez desesparadamente sentir lo mismo que he sentido por ti; y me estrello contra muros de varios metros de espesor una y otra vez.
Este domingo ha sido raro. Es un domingo llego de señales. De señales que me dicen que acabo de torcer en mi camino, y que muchas cosas quedan atrás, y ahora viene lo bueno, lo que me hará sentir bien de verdad. Ven pronto porque quiero verte, aunque me duela. Quiero verte.
Mi cerebro había empezado a procesar tu información sigilosamente, escondiendo los expedientes de nuestro amor imposible en los sotanos más profundos de la memoria. El corazón protestaba, pero el cerebro aplica siempre una política de hechos consumados ante la que es imposible apelar, sabe que al corazón sólo le queda resignarse porque se ha quedado sin argumentos. Toc toc, sobresalto entre las neuronas, crisis, el corazón bombea más fuerte y coge aliento, y vuelve a hacerse con la situación. Pero es una batalla perdida.
Sientes que no soy yo, que no estoy del todo bien hablando contigo, pero yo miento. Los géminis somos así, somos muy honestos, pero cuando se trata de nuestros sentimientos, nos convertimos en mentirosos compulsivos. Me hablas de él, primer golpe bajo, y no lo puedo resistir, y te digo que no me hables de él. Sé que es importante para ti, y sé que te gustaría que te escuchara hablar de él, y que te diera consejos... pero no puedo, no me sale, ni siquiera mintiendo.
Como no quiero que te alejes otra vez, intento enderezar la situación y cambio de tema, pero seguramente ya te has dado cuenta de que todavía no estoy preparado, y tienes razón, miento cuando te digo que quiero verte, porque sé que no me conviene. Has sido lo mejor que me ha pasado, y al mismo tiempo lo peor, porque ahora busco otra vez desesparadamente sentir lo mismo que he sentido por ti; y me estrello contra muros de varios metros de espesor una y otra vez.
Este domingo ha sido raro. Es un domingo llego de señales. De señales que me dicen que acabo de torcer en mi camino, y que muchas cosas quedan atrás, y ahora viene lo bueno, lo que me hará sentir bien de verdad. Ven pronto porque quiero verte, aunque me duela. Quiero verte.
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