miércoles, 4 de junio de 2008

La ley de los ciclos

ciclo
(Del lat. cyclus, y este del gr. κύκλος, círculo).
1. m. Período de tiempo o cierto número de años que, acabados, se vuelven a contar de nuevo. (DRAE)

Nuestra vida es una constante sucesión de ciclos. Algunos más generales que abarcan todo los aspectos de nuestra existencia y que determinan lo que somos. Otros más específicos y limitados que nos hacen pasar por diferentes estados de ánimo. Los ciclos se solapan, y es perfectamente posible que un ciclo bueno coincida con un ciclo malo. Quizá la expresión bueno o malo no es adecuada porque lo que parece bueno puede ser malo y lo que parece malo puede ser bueno, aunque muchas veces sólo podamos ser conscientes de ello con la perspectiva que nos da el tiempo.
Han pasado 4 meses desde que llegué a esta ciudad. Sigo sintiéndome muy bien, pero como toda experienca vital también está sometida a la inexorable ley de los ciclos. Miniciclos en los que nos sentimos inseguros y hasta desesperados por no saber que pasará después (una hora, un día, un mes, un año) y miniciclos que contradicen los otros miniciclos y por ello nos despistan. Muchas veces tengo la sensación de que dentro de nosotros habita otro ser independiente que actúa libremente y que decide lo que sentir o lo que pensar sin darnos oportunidad de intervenir. Cuando los pensamientos coinciden, estamos felices, cuando ese demon se empeña en llevarnos la contraria, o nosotros nos empeñamos en llevarle la contraria, se produce un desfase que nos hace sentir mal.
Yo siempre he creído que el equilibrio ideal es aquel en el que dos fuerzas se complementan, no aquel en el que dos fuerzas iguales se contrapesan. Para alcanzar el equilibrio tenemos que ir ajustando constantemente nuestro sentir (que no nuestros sentimientos que son incontrolables y por tanto inajustables) para contrapesar el sentir del demon. A veces, el demon se vuelve caprichoso, porque no deja de ser el espejo de nosotros mismos, y el ajuste se hace más difícil. Es en es momento en el que se produce el desequilibrio. Afortunadamente la tendencia natural de la persona es buscar consciente o inconscientemente el equilibrio, así que tarde o temprano éste se restablece y todo vuelve a la calma. Empieza un nuevo ciclo.
Hoy llueve, pero hace una temperatura agradable. La lluvia también forma parte de un ciclo, y es el contrapeso que necesita un día soleado para evitar el desquilibrio de lo que nos rodea.

1 comentario:

M dijo...

hay una canción que me recuerda mucho a un señor con gafas, un señor que se apropió de miles de canciones (el muy cabrón), la canción es (obviamente) de Piratas, se llama "el equilibrio es imposible", además de ser imposible en la canción, en cosas con este señor con gafas y demás, es casi siempre imposible en todo, econtrar este equilibrio es encontrar la "nada", porque el desequilibrio es lo que hace a las cosas más especiales, a los momentos más "momentos" y a las personas más humanas...
Escucha la canción (¡coño!) y ya tendrás algo más de este comentario, que ya se está quedando hasta lejos de lo que has escrito tú...
Te veo luego... :)
(es que los dos vivimos en Praga, él cerca de Namesti Miru y yo en el centro, centro, centro..., que aunque no tenga internet, sigo viviendo en el centro, centro, centro...)

Eso, hasta luego...
Mil besos (por si se me olvidan luego, porque nos vemos luego porque vivimos más o menos cerca el uno del otro a pesar de que yo vivo en el centro, lo que es en el centro centro, sin internet, pero en el centro).
Eso!...

Ahoj!